Reconozco que llevo demasiado tiempo alejado del teclado y del blog, he pasado por un periodo intenso de trabajo y algún que otro viaje. Precisamente, quería volver con una historia que conocí en uno de estos viajes de trabajo a Nantes (Francia) y que me parece un muy buen ejemplo de cómo la tecnología puede ayudar a posicionar un «producto premium«.
Hace varias semanas tuve la oportunidad de participar en un seminario del programa europeo Regions4Food sobre digitalización del sector agroalimentario y que lidera Andalucía (a través de la Consejería de Agricultura).
Es un programa de cooperación e intercambio de buenas prácticas entre regiones y se comparten iniciativas y proyectos que se desarrollan en cada región sobre transformación digital del sector agroalimentario.
¿Qué hacía yo allí? Pues contar lo que hacemos en el ámbito de la aceleración de startups y, más concretamente, la experiencia que hemos tenido acelerando compañías del ámbito del AgroTech, es decir, tecnología aplicada al sector agroalimentario.
Hablando de #startups de #agrotech de @EconomiaAnd en @OpenFuture_And y @ProgramaMinerva y también de @FIWAREZone en @Regions4F pic.twitter.com/DvzxlcjNKw
— Juan Jesús Velasco (@jjv) May 28, 2019
Además de compartir buenas prácticas entre los asistentes, el gobierno de la Región de Países del Loira, anfitriona del encuentro, nos llevó de visita a una granja experimental en Derval y al TecnoCampus de la Alimentación, una especie de incubadora de empresas vinculadas al sector agroalimentario, incluyendo compañías tecnológicas y también pudimos conocer algunos casos interesantes como los de la cooperativa Terrena.
Terrena y «La Nouvelle Agriculture»
Dentro de la visita a la granja experimental de Derval, uno de los casos que se mostraron fue el de la cooperativa agroalimentaria Terrena.
Terrena es una cooperativa agroalimentaria francesa que cuenta con su propia área de desarrollo de soluciones tecnológicas y que tiene un amplio abanico de marcas y productos.
Entre estas marcas tienen una catalogada como «premium» que es «La Nouvelle Agriculture» en la que tienen productos alimentarios que siguen unas pautas muy estrictas en su desarrollo.
Concretamente, los pollos que comercializan bajo esta marca se pueden considerar un «producto premium» porque se crían sin antibióticos, no comen cereales transgénicos, se crían en granjas de Francia… En definitiva, el cliente va a comprar un producto que se debe percibir como algo de calidad y diferencial frente a cualquier otra bandeja de pollo que uno encuentre en el lineal del supermercado.
Sin embargo, ¿cómo se consigue que el cliente perciba todos estos atributos? ¿cómo se posiciona una marca y un producto premium en el mercado cuando, a simple vista, un filete de pollo es igual a otro a simple vista?
Aquí es donde entra la tecnología y, precisamente, por eso me pareció un caso de estudio de lo más interesante.
Mon Agriculteur, la solución de trazabilidad para percibir los atributos de un producto premium y posicionarlo en el mercado
¿Cómo conseguir que el consumidor perciba la calidad de un producto más allá de la publicidad? Está claro que el marketing puede hacer muchas cosas a la hora de posicionar un producto premium pero siempre nos queda la duda de si la información es veraz o es, simplemente, marketing.
Terrena, la cooperativa que está detrás de esta marca, ha desarrollado una app para el consumidor final que se llama MonAgriculteur.coop que está disponible en forma de página web y también en aplicación para iOS y Android que tiene como objetivo ofrecer a los clientes la trazabilidad de los productos.
Apoyándose en esta aplicación, «La Nouvelle Agriculture» sustenta su propuesta de valor de productos muy cuidados y de gama alta (sin químicos, sin antibióticos, etc.) y se posicionan como «producto premium» gracias a la posibilidad de verificar la traza del producto (posicionamiento gracias a los datos).
Actualmente, están aplicándolo a las bandejas de pollo. Se escanea la etiqueta y el lote y aparece en la app la traza completa del producto: granja donde se crió, quién es el granjero, qué ha comido el pollo y de dónde viene el alimento, por dónde ha pasado el producto hasta llegar al lineal, etc.
La definen como una plataforma colaborativa porque todos los agentes integrados en la cadena aportan información y contribuyen a reforzar la marca y posicionar el producto.
Internamente, es un ejercicio de integración de los distintos sistemas que usan los agentes que forman parte de su cadena de suministro; externamente es un uso muy interesante de la tecnología para ofrecer información, para apoyar/justificar un posicionamiento y, por supuesto, hacer marketing a través de la información (haciendo que los productos que consumimos nos cuenten su propia historia).
Debo reconocer que me llamó la atención que no estuviesen usando tecnologías Blockchain para trazabilidad, puesto que esta tecnología además garantiza la veracidad e integridad de los datos.
Sin embargo, me ha parecido un ejemplo muy interesante de uso de la tecnología en el sector agroalimentario como herramienta de marketing y posicionamiento y que, seguramente, se pueda replicar en España.
Así que startups que trabajáis en trazabilidad basada en blockchain, aquí tenéis un buen caso de uso para tener en cuenta.
Imágenes: Terrena
gracias juanje! voy a usar esta info para mi informito 🙂