Uno de los temas recurrentes, cuando trabajas con startups, es el de la valoración. ¿Cómo valorar una startup? ¿Cuánto vale una compañía donde aún hay muchas incógnitas por resolver y no hay un histórico de números que revisar?
No es la primera vez que hablamos de valoración de startups.
Es un tema que hemos abordado a la hora de hablar del plan de negocio, al hablar de fuentes de financiación y, por supuesto, también hablado de técnicas de valoración.
Sin embargo, es un tema que merece que retomemos y, sobre todo, hagamos algunos apuntes adicionales sobre cómo valorar una startup y qué aspectos debemos tener en cuenta.
Valorar una startup: ¿cuánto vale mi negocio?
A la hora de buscar financiación a través de inversión, uno debería tener claro cuánto vale su negocio porque la inversión es conseguir dinero a cambio de la cesión de propiedad de la empresa a un tercero.
Dicho de otra forma, cuando un inversor invierte en nuestra empresa, ésta comprando una parte del negocio porque aspira a que éste se haga más grande y le genere un retorno económico.
Para poder hacer esta operación, tanto el inversor como los fundadores deben marcar un valor para el negocio.
Ambos harán sus cálculos en base a criterios y, por supuesto, se sentarán a negociar el valor de la empresa, el dinero que necesita la compañía y el porcentaje del negocio cuya propiedad pasará a ser del inversor.
El ejercicio de valorar una startup es algo que deberían controlar los fundadores y entender muy bien de dónde salen los números.
No es simplemente ponerse a hacer un Excel sin control y retocarlo hasta que salga lo que queremos; es elaborar planes realistas e hipótesis fundamentadas que podamos explicar y defender en una reunión.
Hay muchas técnicas que podemos usar para valorar una startup pero, al final, todas necesitan que hagamos una misma reflexión: ¿a dónde vamos a llevar la empresa? Y la mejor manera de responder a esta pregunta es mediante el plan de negocio.
Si nuestro equipo es solvente y nuestro plan de negocio se basa en hipótesis fundamentadas, nuestra valoración será creíble.
Si, además, hemos ido validando hipótesis, nuestros números serán mucho más realistas y la valoración será creíble.
Técnicas para valorar una startup
Las técnicas más habituales para valorar empresas son las del descuento de flujos de caja y los múltiplos de EBITDA, son habituales en escuelas de negocio y, a veces, se usan para valorar startups pero no son las únicas.
Hay otras técnicas para hacer la valoración de una startup, muchas vienen del mundo académico y otras del mundo del capital-riesgo de Estados Unidos:
- Método «Berkus» es un método de valoración escrito por Dave Berkus, un inversor y conferenciante que ha participado en más de 140 compañías. Su método, en el fondo, es muy parecido al que usan muchos business angels en España y se basa en una «tabla de hitos» que van sumando valor a una compañía conforme los alcanza. Evidentemente, los valores son muy de Estados Unidos pero viene a reforzar la «valoración con tablas» de la que ya hemos hablado alguna vez.
- El Scorecard o método de Bill Payne es un método que se apoya en la comparación con empresas de referencia. Básicamente, se desgrana la compañía en una serie de criterios y un peso: equipo y capacidad de gestión (30%), oportunidad de negocio (25%), producto y tecnología (10%), canales de venta (10%), estado del negocio (10%) y otros factores (15%). Al analizar la compañía, asignamos puntuaciones a cada criterio en base a la media del mercado y, sobre el valor medio de una empresa, aplicamos el factor resultante a la valoración. Suele usarse para compañías que no facturan pero me parece complicado encontrar «startups referente» para estos cálculos.
- Otro método bastante popular es el conocido como «Método Venture Capital» (o método VC). Es un método que tiene la perspectiva del inversor y fue diseñado por el Profesor de Harvard Business School, William A. Sahlman. El método toma la referencia de la venta de la compañía en un plazo determinado de tiempo y pensando en el retorno que tendría el inversor con dicho *exit*. A partir de ahí, lo que se hace es la regresión hasta llegar a la valoración *pre-money* de la compañía hoy para cumplir todos los supuestos anteriores. En VC Method hay algunas tablas para hacer los cálculos por esta vía que pueden ser de utilidad.
El abanico de técnicas de valoración es muy amplio. Al final, como decía antes, muchas se apoyan en los números que hayamos hecho para nuestro plan de negocio, así que tenemos que hacer el esfuerzo de hacer algo que sea realista.
Cierto es que hay muchos escépticos en las valoraciones basadas en el plan de negocio (descuento por flujos de caja), el motivo es que esto va de ejecutar y en una empresa con producto sin desarrollar y sin validaciones, cualquier número del plan de negocio es pura ciencia-ficción.
Pero esto no quiere decir que el plan de negocio no sirva, al menos desde mi punto de vista.
Valorar una startup por descuento de flujos de caja: pros y contras
Cuando hablamos de valorar una startup por descuento de flujos de caja a finales de 2016, explicamos cómo calcular el cash-flow generado por una compañía cada año y, después, traer esos flujos al presente.
Este método de valoración es muy habitual, se puede hacer cómodamente con Excel y es ideal si tienes tu plan de negocio hecho. Sin embargo, el método será válido si se cumplen las condiciones e hipótesis de nuestro plan de negocio.
Dicho de otra forma, si nuestro negocio funciona (estamos facturando) nuestros números serán más creíbles y este método arrojará una valoración mucho más sólida.
Otro aspecto interesante del descuento de flujos de caja es el famoso «valor residual». En una startup es casi ciencia-ficción hablar de «flujos de caja hasta el infinito» o de crecimientos constantes año a año hasta el infinito…
¿Entonces? ¿Cómo calcular el valor residual? Pues una aproximación interesante que aprendí en el MBA fue combinar el descuento de flujos de caja con los múltiplos de EBITDA.
Básicamente, en vez de usar una «bola de cristal» y calcular un valor residual inventando un supuesto «crecimiento constante hasta el infinito», suponemos que en el último año de nuestro plan de negocio (año 5, por ejemplo) vendemos la empresa.
Por tanto, para el último año, el cash-flow será el generado por el negocio y el valor de la venta. ¿Y por cuánto vendemos la empresa? Pues entre 6 y 8 veces EBITDA, la típica aproximación de los múltiplos.
¿Y el valor de la tasa de descuento? Pues, como ya comentamos en su día, depende del estado en el que esté nuestro negocio:
- Fase de idea: 75%
- Startup en fase seed con un MVP desarrollado: 55%
- Startup en fase de arranque: 45-40%
- Startup en fase de expansión: 35%-25%
Valorar una startup en base a las necesidades de financiación
Después de repasar todas estas técnicas para valorar una startup, son muchos los inversores que coinciden en que la mejor manera de valorar una compañía es la que responde a estados dos preguntas:
- ¿Cuánto dinero necesito?
- ¿Qué porcentaje de la propiedad de mi startup estoy dispuesto a ceder?
Básicamente, marcar la valoración con la dilución (en el caso de los fundadores), la propiedad (en el caso del inversor) y las necesidades de financiación de la compañía.
¿Qué porcentaje de la propiedad se está dispuesto a ceder al inversor? Pues si cedemos el 10% por 100.000€, el valor de nuestra startup es de 1M€ pero si cedemos el 20% por 100.000 €, entonces el valor de nuestra startup es de 500.000€…
¿Y por qué todo se reduce a esto? Hacer los cálculos de valoración es importante porque marcan un punto de partida, tanto para los fundadores de la startup como para los inversores.
Sin embargo, también entran en juego factores que no son numéricos y que acaban alterando la valoración de la empresa: diluciones aceptables hoy (y en el futuro), aspiraciones del inversor (hay inversores que se sienten cómodos con un porcentaje determinado y eso marca la valoración), cómo está el mercado, operaciones en compañías similares…
Factores que afectan a la hora de valorar una startup
Además de lo que dicen los números y nuestras proyecciones financieras, hay otros factores que debemos tener en cuenta a la hora de darle un valor a nuestra empresa.
Si nos ponemos en los zapatos del inversor, un inversor estará dispuesto a aceptar una valoración mayor si:
- La startup está en un «sector caliente», es decir, un sector con mucha actividad de inversión donde se puede aceptar pagar algo más «para no perderse la fiesta» (y se asume el hecho de llegar algo tarde).
- El equipo es muy top y está formado por emprendedores en serie que tienen un track record interesante. Al final, le están dando confianza y garantías en la ejecución al inversor y eso tiene peso (de hecho, es un factor relevante en el método Scorecard).
- El producto está ya desarrollado y funciona. Puede parecer una obviedad pero es la base del negocio y si está terminada, al menos, se habrá despejado algo de incertidumbre y se puede salir a vender. Este factor es clave, sobre todo, en empresas de hardware.
- La startup tiene tracción y hay métricas para enseñar. No hay nada mejor para sostener el valor generado por una compañía que contar con clientes que pagan.
Sin embargo, también hay factores que afectan negativamente a la valoración de una startup y, evidentemente, deberíamos tenerlos en cuenta:
- La compañía consume mucha caja, más aún antes de lanzar su producto al mercado. Esto es muy habitual en las empresas de hardware y también en compañías B2C que gastan mucho en marketing pero tienen unos márgenes muy estrechos en sus productos.
- El producto aún no está terminado o no funciona, otro factor de riesgo que puede provocar la aversión del inversor. Significa que aún quedan cosas por hacer y nuestros números son un simple ejercicio de Excel, nos quedan hipótesis por validar.
- Faltan perfiles clave en el equipo, equipos a tiempo parcial o sin experiencia previa; otros factores que pueden tumbar una valoración porque no se sostiene con los fundadores de la empresa.
- Mercado extremadamente maduro y comoditizado, hay muchos competidores operando sin apenas diferenciación y los márgenes son extremadamente estrechos. Básicamente, es un mercado sin demasiadas oportunidades para competir más allá de competir por precios.
Libros que te pueden servir de ayuda para valorar una startup
Además de todos estos aspectos que hemos comentado a la hora de valorar una startup, vale la pena que le eches un vistazo a estos libros:
- Fundraising Field Guide: A Startup Founder’s Handbook for Venture Capital es un libro gratuito escrito por Carlos Espinal, inversor y socio de Seedcamp, donde resume su propia experiencia trabajando con startups. Es una muy buena guía que también puedes encontrar en formato PDF.
- ¿Tienes una startup?: Todas las claves para conseguir financiación es un libro escrito por el inversor (y profesor de IESE) Luis Martín Cabiedes sobre sus criterios de inversión y sobre cómo entiende la financiación de startups. Por cierto, igual de recomendable es la entrevista que hace poco publicaron en El País Retina
- Finanzas para emprendedores: Todo lo que necesitas saber para encontrar financiación y convertir tu idea en negocio de Antonio Manzanera es otro de esos libros fundamentales para iniciarse en las finanzas de una startup. El capítulo 5 está dedicado a la valoración de una startup y trata algunos de los aspectos que hemos comentado en este post.
Y, por supuesto, si quieres tener una muy buena foto de los inversores y fondos de inversión que hay en España y en Europa, vale la pena que le eches un ojo a la Guía de inversión para Startups que edita El Referente.
Muchas gracias por los consejos! ¡Gran artículo!
Excelente muy bien. Muchas gracias