En estos días, la prensa se está haciendo eco de las cancelaciones de vuelos de Ryanair. ¿El motivo? La compañía aérea Norwegian ha fichado a más de 100 pilotos de Ryanair en lo que va de año al ofrecer mejores condiciones laborales.
¿Puede tener tanto impacto en una compañía que su rival ofrezca mejores condiciones laborales?
Si tenemos en cuenta que los pilotos de Ryanair son autónomos y están obligados a abrir una sociedad en Irlanda para facturarle a la compañía, la mejora de condiciones laborales parece un argumento de peso en este trasvase de talento de una compañía a otra.
El caso de Ryanair, en estos días, está llenando los titulares de la prensa pero no es el único caso que podemos encontrar sobre los riesgos de unas malas condiciones laborales.
Si miramos a Internet y la «economía de las plataformas», también podemos encontrarnos casos de empresas en pleno crecimiento y que, sin embargo, no están «cuidando» a su equipo..
El «falso» autónomo y las plataformas
En estos días, dos de las compañías más conocidas de delivery de última milla son noticia por sus rondas de inversión. Glovo ha levantado más de 25 millones y Deliveroo ha levantado 323 millones; ambas rondas enfocadas en expandir los servicios y las operaciones.
¿Qué tienen en común ambas compañías? Las operaciones de ambas empresas se apoyan en repartidores que son autónomos; es decir, costes de personal que son variables y ofrecen flexibilidad en las operaciones.
Desde un punto de vista financiero, el modelo tiene sentido.
Sin embargo, cuando un autónomo solamente trabaja para una empresa y es la empresa la que le da órdenes de manera continuada, entramos en un terreno laboral peligroso porque nos aproximamos a la figura del falso autónomo:
Un falso autónomo es una persona que a pesar de trabajar en una relación de dependencia para la empresa, tal y como lo vendría haciendo un trabajador por cuenta ajena bajo un contrato laboral corriente, es obligado a darse de alta en régimen de autónomo. Dicho de un modo más sencillo: tú trabajas como un asalariado pero estás ‘contratado’ como si fueras un autónomo.
Precisamente, hace un par de semanas, el reportaje de «La Sexta Columna» que emite el canal de TV La Sexta, ponía el foco en la economía de las apps y en las condiciones laborales de los trabajadores de la llamada «nueva economía».
En el caso de las empresas de delivery, y sus condiciones laborales, se habló de Deliveroo y la figura de los falsos autónomos.
Los repartidores son autónomos y, sin embargo, las operaciones muestran una «relación laboral».
¿Cómo salvan el escollo? Usando eufemismos para evitar palabras que sí están vinculadas a condiciones laborales de un asalariado:
El delivery no es el único sector que camina por la cuerda floja del «falso autónomo». También ha ocurrido en plataformas que ofrecían servicios de limpieza.
Las causas, en el fondo, son parecidas. Los trabajadores son autónomos y, sin embargo, trabajan al 100% para un único cliente que, además, les da las órdenes y les organiza sus turnos…
Uno de los primeros casos en cerrar fue el de EsLife. Aunque nunca se ha confirmado oficialmente, siempre se dijo que fue a raíz de una inspección de trabajo.
La formas en las que competir
Dice Luis Huete en su libro «Servicios y Beneficios» que el valor percibido por un producto o un servicio responde a la siguiente ecuación:
Es decir, valoramos lo que nos aporta frente a su coste, el impacto que nos genera el cambio o los riesgos asociados al servicio (disponibilidad, fiabilidad, etc.).
Si nos ponemos del lado de una empresa ante un servicio B2B o del lado de un cliente en un B2C, los riesgos de unas malas condiciones laborales son la no prestación del servicio, retrasos, impacto en nuestro negocio, tener que buscar alternativas…
De hecho, cuando pensamos en la definición de un servicio y en sus competencias distintivas (cómo vamos a competir), los libros de gestión plantean lo siguiente:
- Calidad
- Precio
- Servicio al cliente
- Flexibilidad
- Tiempo de respuesta
Estas características distintivas, en el fondo, no son plenamente compatibles entre sí. Hay que buscar un equilibrio y potenciar la que más nos interesa a la hora de competir en el mercado.
Alta calidad, gran servicio, bajo tiempo de respuesta y bajo precio es, sin duda, muy complicado de conseguir y gestionar. Requiere un gran dominio de nuestras operaciones para poder cumplir todas estas «promesas al cliente».
¿Y qué ocurre cuando hacemos estas promesas al cliente y, sin embargo, las piezas clave que lo deben conseguir no están alineadas con esta promesa? Este riesgo, presente en cualquier negocio, es aún más importante en empresas de operaciones como Ryanair, Deliveroo o Glovo.
Son empresas de procesos donde el equipo humano es clave para la satisfacción del cliente.
Tu equipo y sus condiciones laborales también son una forma de competir
Teniendo en cuenta que sin nuestro equipo es, prácticamente, imposible cumplir la promesa que hacemos al cliente; además de nuestro dominio de las operaciones del negocio, nuestro equipo y sus condiciones laborales son también una manera de competir.
¿Y por qué es así? La razón es simple, sin las personas no podemos cumplir todo lo que prometemos. Por tanto, necesitamos un equipo comprometido con el negocio y eso se consigue con cultura de empresa, con buenas condiciones laborales y con desarrollo profesional.
No es una cuestión únicamente de dinero, no buscamos mercenarios.
A veces, es mejor ganar algo menos y contar con posibilidades de desarrollo profesional, condiciones estables que ofrezcan tranquilidad y seguridad, estar en un entorno de trabajo que se preocupa por las personas…
Pensando en el sector del delivery… ¿Qué es mejor? ¿Ganar 6 euros por cada pedido entregado siendo autónomo o ganar 5 euros por pedido y estar contratado?
Si solamente miramos el dinero bruto, alguien podría pensar en lo primero; si alguien busca estabilidad y seguridad, la segunda opción es más tentadora.
La fuga de talento de Ryanair a Norwegian es un buen ejemplo de esta nueva manera de competir a través de las condiciones laborales y, sin duda, en negocios de operaciones (y márgenes estrechos) donde las personas son clave, vamos a ver esto como un argumento más para reclutar el mejor talento.
Imágenes: FaceMePLS (Flickr), russell davies (Flickr), Alan Levine (Flickr)
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