La primera semana de septiembre, el sector de las telecomunicaciones de España tiene una cita con AMETIC, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la ciudad de Santander. ¿El motivo? En el Palacio de la Magdalena (un lugar que vale la pena visitar) se celebra el Encuentro Anual de las Telecomunicaciones y Economía Digital; este año es la edición número 28 y, la verdad, las sesiones no podrían empezar de la mejor forma: un mano a mano entre César Alierta (Presidente Ejecutivo de Telefónica), Vittorio Colao (CEO de Vodafone) y, aún por confirmar, Stéphane Richard (Presidente del Grupo Orange).
Hay que reconocerle el mérito a AMETIC por montar una mesa redonda con estos participantes; el año pasado, las 3 grandes operadoras de España «actuaron» por separado en el evento y se vieron claramente las alianzas Orange-Vodafone frente al «operador incumbente», es decir, Telefónica (que el año pasado se había aliado con Jazztel para el despliegue de FTTH en España y con Yoigo para mejorar su cobertura 4G a cambio de ofrecerle a Yoigo el acceso a su red fija).
Dejando a un lado los precios por el uso de canalizaciones, el acceso al bucle de abonado o las alianzas en el despliegue de 4G o FTTH en España, una mesa redonda formada por los 3 máximos dirigentes de las 3 grandes operadoras del país solamente me hace pensar en una cosa: la neutralidad de la red.
Operadores y neutralidad de la red
Al finalizar el pasado MWC, César Alierta arremetió contras los OTT (Over-the top_content) reclamando, durante una rueda de prensa, unas «reglas de juego iguales» para todos. Desde su perspectiva, WhatsApp, Google o Facebook deberían estar sometidos a la misma regulación que sufre un operador convencional y, de esta forma, sufrir la misma carga fiscal o los mismos compromisos de inversión en despliegue dado que son servicios que necesitan estar conectados a la red. Curiosamente, también en el MWC, el CEO de Yoigo, Eduardo Taulet, también apostaba por una «tasa a WhatsApp» para así compensar a los operadores por el uso de sus redes.
No es la primera vez que los operadores arremeten contra los proveedores de contenidos por usar sus redes. El tráfico de datos que cursan los usuarios crece de manera exponencial (12.000 TB al mes según los datos de la CNMC) y, evidentemente, es algo que tiene impacto directo sobre las redes de los operadores: aumenta la demanda, se requiere inversión en redes de nueva generación (4G y FTTH, por ejemplo).
¿Y cuál es el problema? A los operadores no les gusta el «nuevo papel» que les ha tocado interpretar con la explosión de la demanda de conexiones de datos. Se han convertido en una tubería de transporte que no aporta valor; ven como servicios como WhatsApp, Telegram o Facebook mueven a millones de usuarios y generan un negocio del que los operadores no ven ni un céntimo. Bajo su perspectiva, los operadores invierten en infraestructuras que son amortizadas por terceros que sí que están haciendo negocio.
Los OTTs no son una amenaza, son una oportunidad
Cuando hacen el razonamiento de las inversiones y el negocio que hacen Google o Facebook, los operadores tienden a olvidar un detalle básico: los usuarios pagamos religiosamente una cuota por estar conectados a la red. Parece mentira que, a estas alturas, a los operadores (que nos han cobrado hasta por informarnos de nuestro consumo) se les haya olvidado que los usuarios pagamos por acceder a la red y que, dado que pagamos, podemos conectarnos a los servicios que estimemos oportunos.
El problema real es que los operadores han dejado de «concentrar todo el negocio»; el mercado ha cambiado y les ha tocado jugar el rol de la «tubería» o la «carretera de transporte», hace tiempo que perdieron el «llave en mano» de las comunicaciones cuando nos ofrecían el SMS como la gran alternativa a llamar por teléfono (un negocio que no se esperaban cuando se implantó el GSM y que, sin embargo, se convirtió en una gran fuente de ingresos). Servicios como Telegram o WhatsApp han cercenado los ingresos por envío de SMS pero, realmente, no son la única causa porque las tarifas planas de voz y los nuevos planes de precios han contribuido a que apostemos por comunicaciones en tiempo real y abandonemos los mensajes asíncronos.
Es cierto que los operadores tienen que invertir pero, a día de hoy, los operadores no pueden esperar que las inversiones actuales vayan a aportar el rendimiento que ofrecían las inversiones antaño. La evolución tecnológica corre mucho más deprisa y también aumenta mucho más rápido la demanda de los usuarios. Por cierto, hablando de demanda, ¿a los operadores no se les pasa por la cabeza que los usuarios no contratarían accesos a datos en sus líneas móviles si no existiesen WhatsApp, Twitter o Facebook? Sí, en el mundo empresarial se usaban terminales conectados a la red de datos (BlackBerry por ejemplo) para acceder al correo corporativo pero, lo que estamos viviendo hoy, va mucho más allá del sector empresarial: hablamos del sector consumo.
Hay veces que pienso que los operadores siguen anclados en los años 90, ¿por qué vamos a pagar por un SMS si existe WhatsApp? Tienen que cambiar su mentalidad y adaptarse al nuevo modelo de negocio: los datos. El negocio está en los datos y, la verdad, es que algo que saben muy bien por eso, de vez en cuando, sacan a relucir la amenaza hacia los OTTs y las famosas tasas.
Las redes deben deberían ser neutrales; los usuarios ya pagamos por el uso de la red (en la conexión de nuestra casa o en la conexión de nuestra línea móvil), por tanto, tenemos el derecho de amortizarla al máximo y sacarle el máximo rendimiento. Sin los OTTs, el modelo de negocio de las tarifas de datos no existiría; los OTTs son realmente un motor para hacer negocio pero no son una «gallina de los huevos de oro» que haya que exprimir a base de tasas o imponiendo restricciones de tráfico.
El operador que, realmente, respete la neutralidad de la red será el que haga negocio (salvo que jueguen al mundo del lobby y todos actúen de la misma forma imponiendo tasas o restricciones). La demanda de datos aumentará conforme aumenten los servicios que operan en la red (los OTTs) y la oferta de conexiones de datos deberá adaptarse a lo que piden los usuarios hoy y lo que pedirán también en el futuro, ahí es donde está el negocio.
¿Y qué me gustaría oír en esa mesa redonda de Santander?
Como usuario, aprovecharía la oportunidad de tener en una misma mesa a los responsables de Telefónica, Orange y Vodafone para preguntarles, claramente, sobre su visión sobre la neutralidad de la red.
La Comisión Europea ha dado instrumentos a los operadores para hacer, básicamente, cualquier cosa; pueden discriminar servicios y ofrecer a los clientes un «Internet de dos velocidades», también podrían imponer una tasa a los OTTs para no penalizar su tráfico y también podrían bloquear (casi a su discreción) cualquier fuente de contenidos para evitar «congestión en las redes». El requisito que pone Europa es el de la transparencia, es decir, informar a los clientes de cómo van a proceder; un precepto tan laxo que puede dar mucho juego a la verborrea legal y a la letra pequeña en los contratos de los operadores (eso que los clientes no suelen leer).
¿Qué planes tienen los operadores para tratar a los OTTs en los próximos años? ¿Impondrán un canon a Google, WhatsApp o Facebook cual peaje de una autopista? ¿Pagaremos los usuarios un «Internet de clases»?
Me encantaría que el debate caminase por esta senda, tanto el sector como los usuarios nos merecemos una respuesta clara sobre esta cuestión.
Imágenes: matthias Bonjour (Flickr), Anna Lena Schiller (Flickr) y CNMC
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