El viernes fue el día del socio en la FNAC, día en el que ofrecían un 12% de descuento en todos los artículos (que no estuvieran rebajados ya) y en el que abrían la tienda hasta la 1 de la madrugada, ofrecían copitas, bombones y conciertos.
Como no sólo de cine vive el hombre, también cayó el doble CD de Police, que estaba a un precio de infarto, y el libro del que quiero hablar: «El Principio de Dilbert«.
Dilbert es un personaje bastante popular dentro del mundo de la ingeniería y de la empresa en general, creado por Scott Adams en 1989 y que muestra los tópicos de la empresa que todos sufrimos: jefes sin idea de lo que hacen, compañeros de trabajo molestos, tareas sin sentido, reuniones eternas…
Los personajes principales son:
- Dilbert: personaje principal, excelente ingeniero que no sabe relacionarse en sociedad.
- Dogbert: su irreverente y mentiroso perro que se aprovecha del sistema.
- Ratbert: rata que escapa de un laboratorio y se instala en la casa de Dilbert. Lucha por ganarse el afecto de Dilbert y Dogbert.
- PHB (Pointy Haired Boss o (El Jefe Pelopunta)): el jefe déspota y maleducado, que siempre exige responsabilidades más allá de la lógica. No tiene la menor idea sobre tecnología; es el arquetipo del gerente incompetente.
- Wally: el compañero que nunca trabaja e intenta obtener logros del trabajo ajeno.
- Alice: detesta la empresa, pero está comprometida con su trabajo y eso le provoca altos niveles de estrés; posee un carácter violento.
- Asok: el joven en prácticas en la empresa, idealista que poco a poco se va topando con la realidad de la vida.
- Catbert: el malévolo director de recursos humanos, que goza con el sufrimiento de sus empleados.
Para el que no conozca esta tira cómica, cada día se publican en www.dilbert.com.
El Principio de Dilbert responde al siguiente teorema: «Los trabajadores más ineficientes son trasladados sistemáticamente allí donde pueden causar menos daño: la dirección de la empresa«.
En este libro Scott Adams hace un repaso por todo el organigrama de las empresas, la redacción de informes, la implantación del sistema de calidad… Todo un tratado de las cosas que ocurren en cualquier empresa hoy en día y que parece que tenemos aceptadas.
El libro me parece fantástico, repleto de humor ácido, ideal para leer algún pasaje después de alguna interminable reunión o de un largo día de oficina. Yo creo que lo usaré para leer algún pasaje en las reuniones con mi equipo, así al menos empezaremos la semana con algo de humor.
Citas del libro:
«Si un documento tiene más de dos páginas, pocas personas lo leerán. Y quienes lo lean no lo recordarán al cabo de veinticuatro horas. Por eso, todos los documentos deberían tener más de dos páginas. No querrá que sus lectores se vean influidos por un puñado de datos. Lo que quiere es que observen el uso creativo que hace de los tipos de letra, su brillante empleo del espacio en blanco y su inspirada grafía».
«El material de oficina constituye una parte importante de su paquete total de compensaciones. Si Dios no quisiera que la gente robara material de oficina, no nos habría proporcionado maletines, carteras y bolsillos. De hecho, no existe ninguna gran religión que prohíba específicamente el saqueo del material de oficina.»
«Los ingenieros son los enemigos naturales de los especialistas de marketing, y siempre tratan de inyectar su indeseable lógica y conocimiento en cada situación. A menudo plantearán exigencias irracionales como que un producto tenga al menos algún uso. En ocasiones, se quejarán de que el producto mutila a los clientes. Si no es una cosa, es otra».
«En cuanto al ego, hay dos cosas importantes para los ingenieros:
- Lo astutos que son.
- De cuántos artilugios eléctricos de moda disponen».
Libro altamente recomendable, y si la crisis te afecta para comprarte el libro, anda por Google Books y siempre puedes leer las tiras cómicas en su página web.
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