Total, que siguiendo la senda del cine de Cuatro, estoy viendo una de mis películas favoritas: La Red, un film de 1995 sobre internet, los hackers, la seguridad nacional y con uno de mis mitos de mi época del instituto: Sandra Bullock.
Angela Bennett es una experta en seguridad informática que teletrabaja desde casa y que nunca pisa su oficina. Un día recibe un diskette (sí, un diskette de 3,5″ XD ) con una animación en la que aparece la letra griega Pi en una esquina. Haciendo click en ese símbolo acaba conectada con un servidor del gobierno de los U.S. Desde ese momento un asesino a sueldo la persigue por haber descubierto la «puerta trasera» del nuevo sistema de seguridad que se ha instalado en Wall Street y en el Gobierno de los U.S… De repente, Angela Bennett desaparece de las BBDD de todos los organismos oficiales y en las que consta como Ruth Marx. Angela, no sólo debe correr por salvar su vida sino que también por recuperar su identidad.
Esta película no destaca por su calidad en la historia o su calidad interpretativa (tiene 5,5/10 en Imdb) pero la historia me pareció bastante interesante. Revisar esa película hoy en día me hace pensar en dos cosas:
- Lo rápido que ha pasado el tiempo. En 12 años hemos pasado de grabar diskettes de 1,44MB (1,32MB después de formatearlos), a tener unas memorias flash portátiles de 2GB o ir con unos discos duros de 160GB que no necesitan alimentador. Hemos pasado de conectarnos por las BBS o por el antiguo Infovía a través de un módem telefónico a pasar a la banda ancha (desgraciadamente aún no llega a todos los ciudadanos) a través del ADSL, el cable o el HDSPA móvil.
- Lo dependientes que somos, y cada vez más, de los sistemas de información y las comunicaciones electrónicas. «Todo nuestro mundo está en un ordenador», una frase que se dice en la película y que es toda una gran verdad, y lo más preocupante, todo dato es susceptible de ser manipulado, a pesar de que sea protegido por el sistema de seguridad más avanzado, nada es perfecto. ¿Quiénes somos?, somos un número según el registro de la Seguridad Social, o por el DNI, un número de cuenta en el banco, etc.
La primera vez que vi esta película, allá por 1996 (época en la que estudiaba en el instituto y meditaba qué quería estudiar en la universidad), y teniendo en cuenta que llevaba ya enganchado al mundillo informático desde 1988, la cosa estaba clara. La informática era apasionante, pero eso llamado «Internet» era lo más. Interactuar con otros usuarios a través del clásico IRC (qué tiempos por el canal #sevilla), acceder a información remota (casi toda en inglés), acceder a software, etc, y todo con un módem y a coste de llamada local…
Quizás hoy todas estas cosas las consideremos de lo más normal, aunque siguen siendo novedosas en aquellos rincones en los que acceder a Internet es un privilegio en vez de un Derecho, pero en poco más de 10 años hemos dado un salto abismal en lo que a las TICs se refiere y a su implantación en nuestros hábitos y vida diaria.
Internet no es sólo ocio, es una herramienta de trabajo, es nuestra biblioteca, es nuestra vía de comunicación con los que andan lejos… Todo está en la red.
Por cierto, para los que, como yo, no controlen el diccionario MBA-Español, expetise significa pericia.
Ahí os dejo un vídeo con imágenes de la película:
Buag, La Red no es un imprescindible del cine, por supuesto. Aunque como bien dices permite esa reflexión de por qué le hemos dado tanto espacio en nuestras vidas a los ordenadores y a internet.
Una reflexión más importante plantea la película Atrapado en el tiempo (El día de la marmota): ¿por qué hacemos todos los días lo mismo?
La respuesta tal vez la tenga el gran Van Morrison en su canción Caravan.
Un saludo y felicidades por el blog
La red no es una gran película, pero ver a Sandra Bullock haciendo un Telnet tiene su encanto 🙂