Emprender no es fácil. Es una carrera de fondo en la que influyen múltiples factores, tanto personales como asociados al propio negocio.
Poner en marcha una startup requiere la detección de una oportunidad de negocio, un gran equipo, una ejecución impecable, dinero para invertir en la captación de clientes, conocer el sector…
Una suma de factores a los que uno debe también añadir los de su propia mochila personal.
Emprender no es una actividad que solamente nos afecte a nosotros, también tiene su impacto en nuestro entorno: la familia, los amigos, el patrimonio personal…
Por tanto, la decisión de emprender no es, simplemente, lanzarse a desarrollar una startup con nuestro equipo. Tiene impacto en otros ámbitos y deberíamos tenerlo en cuenta dentro de nuestros criterios a la hora de tomar la decisión.
Emprender y mantener nuestro entorno personal
Hace algunos meses, un amigo que había sido despedido de su trabajo me planteó que quería emprender y poner en marcha un negocio.
Al ser despedido de su trabajo, tenía derecho a la prestación por desempleo y pensaba capitalizarlo para invertirlo en su proyecto empresarial junto a dinero que tenía ahorrado.
Esta financiación inicial me pareció un buen planteamiento pero le hice tres observaciones pensando en su propio entorno personal:
- Tienes que darte un plazo para poner en marcha el negocio y que éste empiece a mostrar señales de estar funcionando
- Calcula, para este plazo que has marcado, cuánto dinero necesitas para vivir: alquiler, servicios básicos, comer… Reserva este dinero de tu fondo personal y solamente úsalo para subsistencia
- Si faltasen 2 meses para el plazo que te has dado y aún no hay indicios de que el negocio despegue, plantéate un plan B: necesitas más capital (buscarlo), necesitas reorientar el negocio o, quizás, tienes que aparcarlo y buscar un empleo
Reconozco que, quizás, soy demasiado analítico pero, en cierta medida, lo que le estaba planteando a mi amigo era la necesidad de contar con un colchón para poder emprender.
Dicho de otra forma, si se iba a dedicar al 100% a emprender, necesitaba estar centrado en el proyecto y, para ello, debía contar con un colchón que le permitiese vivir y desarrollar su proyecto empresarial.
Para emprender, es necesario estar centrado en el proyecto al 200%
El colchón financiero, en mi opinión, es importante para poder pasar la «larga travesía por el desierto» que supone poner en marcha una startup.
El famoso «valle de la muerte» puede ser largo y nuestra startup necesita combustible para poder pasarlo. Combustible significa dinero y, por supuesto, un equipo comprometido y leal con el proyecto.
Emprender es una carrera de fondo, necesitas estar preparado mentalmente y, por supuesto, nuestro entorno personal también necesita estar preparado.
Nuestro colchón debe garantizar que nuestro entorno tiene sus necesidades cubiertas y que, por tanto, esta apuesta no afecta a la cobertura de sus necesidades básicas.
Dejar tu trabajo y arrancar una startup sin tener en cuenta estos detalles, quizás sea una decisión precipitada.
Creo que es muy sano analizar nuestros gastos y necesidades para planificar la puesta en marcha de nuestra startup.
Efectivamente, la ventana de oportunidad tiene peso pero hay que sopesar si vamos a ser capaces de seguir el ritmo necesario y contamos con gasolina en nuestro depósito como para emprender este viaje.
De hecho, a la hora de planificar uno debe tener cuidado. El tiempo es un factor engañoso porque la euforia te hace ser optimista a la hora planificar y se debe añadir un colchón de seguridad para los imprevistos y demás retrasos (sobre todo en empresas de hardware).
En resumen, deberíamos tomar a consideración lo siguiente:
- Ventana de oportunidad y momento, tanto del mercado como nuestro
- Colchón financiero con el que contamos porque vamos a vivir sin ingresos un tiempo
- ¿Podemos garantizar nuestra subsistencia y la de nuestra familia? ¿Con cuánto tiempo contamos?
- Nuestra planificación temporal «optimista» no se va a cumplir, seamos realistas y estimemos imprevistos y retrasos
- Tenemos que darnos un plazo razonable (e, incluso, un «plazo extendido») para que nuestra startup muestre indicios favorables
- Comprometidos al 200% con el proyecto, tanto nosotros mismos como nuestro equipo. Se avecina un camino largo y tortuoso, debemos estar centrados y preparados para afrontarlo
- Nuestro entorno personal debe apoyarnos en la decisión, vamos a dedicar muchísimas horas y esfuerzos al proyecto (y puede que les restemos tiempo y atención a ellos)
¿Es posible emprender a tiempo parcial? ¿Es nadar e intentar guardar la ropa?
¿Y qué pasa cuando decides emprender sin colchón financiero? La respuesta es simple: necesitas dinero para poder vivir y hay que buscarlo.
Aquí se abre un árbol de escenarios que, al final, acaban teniendo impacto en nuestro proyecto o en nuestra startup.
Una opción podría ser la de compaginar nuestra startup con un empleo que nos permita «pagar las facturas». Si emprender requiere tiempo y que pongamos foco, compaginarlo con un empleo nos limita bastante el radio de acción.
El día tiene 24 horas y nuestro cuerpo necesita descansar. Estas dos realidades implican que si dedicamos 8-10 horas a un empleo, nos quedan 14-16 horas para descansar, para nuestra familia y amigos y, por supuesto, nuestro proyecto empresarial.
Es decir, tendremos que sacrificar tiempo personal, tiempo de descanso y, por supuesto, tiempo para nuestra startup. Nuestro proyecto avanzará más lentamente y, además, nuestro entorno también lo sufrirá.
Otra opción podría ser la de dedicarnos al 100% a nuestro proyecto y que nuestro entorno personal nos apoye con el colchón y la subsistencia. Esta opción, en el fondo, convierte a nuestro entorno personal en nuestros mecenas o, mejor dicho, inversores de nuestra startup.
Obviamente, nuestra familia nos puede brindar su apoyo pero éste tendrá que estar acotado en el tiempo porque ellos tampoco pueden sacrificar su propia subsistencia (sería muy egoísta por nuestra parte).
Además, el hecho de estar dependiendo de terceros, puede que nos genere una situación incómoda que no nos permita estar tan centrados en nuestro proyecto y nos haga ser demasiado cortoplacistas a la hora de tomar decisiones.
Finalmente, podemos ver nuestra startup como un side project dentro de una empresa más amplia que hace consultoría y trabajos para terceros y así generar ingresos desde el primer momento.
Puede ser una solución para generar caja desde el principio, obtener un salario con el que vivir y dedicar «el tiempo que nos sobra» a nuestra startup.
¿El problema? Que estaríamos en el mismo caso de estar trabajando en una empresa y compaginarlo con emprender; la mayor parte del tiempo y recursos se dedican a los clientes de proyectos y nuestra startup avanzará lentamente (incluso llegando a perder su ventana de oportunidad).
Como podemos ver, emprender nunca es una decisión fácil.
Por tanto, debemos tener en cuenta nuestro entorno personal y hacerle partícipe de nuestra decisión (les influye y les afecta).
Además, debemos tener preparado nuestro «colchón» para poder afrontar esta carrera de fondo.
Imágenes: Brian Wilkins (Flickr), InvestmentTotal (Flickr), InvestmentTotal.com (Flickr), Kanbanize y Entrepreneur Fail
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