Uno de los grandes problemas de los centros de datos es la refrigeración y, por tanto, el mantenimiento de unas condiciones ambientales óptimas para el funcionamiento de nuestra granja de servidores. Un servidor debe estar funcionando todos los días del año a un ambiente que, en términos generales, debe estar controlado y ser estable (minimizar partículas de polvo en el aire, humedad controlada para evitar la estática, aire frío para la refrigeración y extracción del aire caliente que disipan los servidores).
De hecho, la disposición de los armarios de los servidores de los centros de datos se encuentra distribuida entre pasillos fríos (pasillos en los que inyectamos aire frío para que sea absorbido por las máquinas en funcionamiento) y pasillos calientes (pasillos en los que coinciden las traseras de los armarios que es por donde sale el aire caliente de los servidores).
La refrigeración de los centros de datos es todo un problema de ingeniería, ya no sólo por el dimensionamiento del sistema de aire acondicionado sino por el diseño del centro de datos en sí porque, lógicamente, dentro de las condiciones ambientales influye la ubicación geográfica del propio CPD. Precisamente, España no es uno de los destinos favoritos de las grandes compañías de Internet por su clima porque cuanto más cálido es el clima de un país, mayor es el gasto de refrigeración del centro de datos y, afinando un poco más, Andalucía tampoco es que sea una ubicación ideal, desde el punto de vista de los gastos de operación.