Saltar al contenido

¿Qué cosas hacen saltar un «red flag» a un inversor cuando analiza una startup?

Las inversiones en startups rara vez son impulsivas y pasan por un proceso de análisis. De hecho, no todos estos análisis terminan en un acuerdo de inversión y, durante el proceso, hay operaciones que se caen porque aparecen lo que se conoce como red flag o «bandera rojas». ¿Que significa una red flag para un inversor y por qué saltan estas alertas?

El otro día, hablando de la expresión «Skin in the game» y lo que significaba, creo que más o menos quedaba claro lo importante que es que haya alineamiento entre los fundadores de una startup y sus inversores (y las expectativas que tienen unos y otros).

Cuando esto no se percibe durante el análisis de la operación, al inversor le saltan estos red flags o banderas rojas que acaban desembocando en decir «no» a dicha operación.

Por tanto, una red flag para un inversor es una causa o un indicador que provoca, automáticamente, que se descarte la startup que se está estudiando y, por tanto, se caiga la operación y se vaya a invertir en la misma.

Teniendo en cuenta lo que implican las red flags, creo que vale la pena revisar algunas de las más habituales para que, a modo de checklist, podáis intentar ponerle remedio en vuestra compañía.

Comenzamos.

1. ¿Qué cosas vinculadas al equipo fundador de la startup hacen levantar un red flag?

Vinculado al «Skin in the game» que hablábamos el otro día, una de las red flags más habituales vinculadas al equipo fundador de una startup es la de los socios a tiempo parcial.

¿Por qué los socios a tiempo parcial es un problema que dispara una bandera roja? La respuesta, más o menos, se puede intuir:

  • Las startups con fundadores full-time y fundadores a tiempo parcial, al final, siempre desembocan en algún tipo de conflicto entre los socios y esto es un riesgo que a nadie le apetece enfrentarse.
  • Se generarán roces por las asimetrías en las dedicaciones y compromisos personales de cada uno de los socios.
  • Si todos los socios están a tiempo parcial, el tiempo que van a dedicar al proyecto va a estar por debajo de una jornada laboral y esto afectará a la velocidad de desarrollo del mismo.
  • Una startup, y en general una empresa, es un compromiso y el compromiso es el «Skin in the game» o el ejemplo típico del cerdo y la gallina.
Valorar una startup en fase temprana criterios
Esquema de criterios de valoración de startups en fase temprana según Pear VC. El equipo tiene mucho peso en el arranque y esto es un factor clave porque se comprueba si hay capacidad de ejecución.

Otro aspecto que genera un red flag en startups que se apoyan en la tecnología es, precisamente, que la tecnología esté subcontratada y, por tanto, que no haya socios fundadores capaces de desarrollar el producto. Las causas son también bastante fáciles de adivinar:

  • Lo que le da valor a una compañía es la ejecución y en el arranque, evidentemente, lo que se espera es un equipo con capacidad de ejecución.
  • Si la tecnología está subcontratada se genera una salida de caja y, por tanto, aumenta el burn rate y disminuye el runway de la compañía
  • Si no hay nadie con perfil técnico en el equipo, ¿quién supervisa o controla al proveedor? ¿cómo asegurar la calidad de las entregas o el cumplimiento de plazos?
  • Si se depende de un proveedor externo, al final, se es esclavo del proveedor y el negocio depende de un tercero (y de dinero para pagarle).

Si esto va de hacer y construir y se esperan equipos multidisciplinares, también hay un red flag en equipos de 1 sola persona, es decir, las startup mono-founder que no han sido capaces de atraer talento o no quieren repartir participaciones cual emprendedor Gollum. Cierto es que Zoom arrancó con una persona pero lo habitual es ver un equipo poniendo en marcha un negocio.

El desalineamiento entre socios también es otro red flag que puede saltar cuando hay reuniones para conocer el equipo y, por ejemplo, aparecen algunos comportamientos como:

  • Distintas visiones del camino que debe tomar el negocio
  • No hay un reparto claro de roles y responsabilidades
  • Estructuras atípicas como que todo el mundo, en el fondo, es co-CEO porque todas las decisiones, incluso las operativas, se toman de manera asamblearia
  • Malas relaciones entre los socios: no se percibe respeto mutuo, se interrumpen al hablar en las reuniones, se contradicen, se lanzan cuchillos y dardos, discusiones continuas, mucho tiempo para dirimir desavenencias y discusiones…

red flag inversores 2

El cómo presentamos nuestra startup al inversor también dice mucho del equipo y, por tanto, es susceptible de generar red flags si:

  • Pedimos un NDA para hablar con el inversor (volvemos al momento «emprendedor Gollum»)
  • No controlar la soberbia que llevamos dentro e intentar rebatir cualquier feedback o comentario que nos hacen
  • Mentimos u ocultamos información relevante
  • La buena o mala reputación que arrastramos

Y, además, a esto sumamos una cosa que le escuché a Carlos Blanco comentar en una charla: tiene que existir un «fit» entre los fundadores de la startup y el inversor, es decir, también tiene que haber compatibilidad entre caracteres y personalidades, en la visión que se tiene del negocio y su futuro, en la forma de gestionar y hacer las cosas…

2. Las red flags asociadas al cap-table

Si hay una cosa que registra la realidad de una startup es, sin duda alguna, su cap table, es decir, cómo se ha repartido la tarta o las participaciones del negocio.

Por mucho que se intente ocultar o pasar de puntillas, el estado del cap table también es susceptible de generar red flags y, por tanto, el «no» de un inversor.

¿Y cuáles son los motivos por los que el cap table puede generar rechazo? Aquí algunas causas a tener en cuenta:

  • Socios de los que nadie había oído hablar pero que, de repente, están en el cap table con un peso relevante en la empresa y el inversor conoce su existencia al revisar el reparto accionarial
  • Participaciones relevantes en manos de personas que aportan ningún valor actualmente a la compañía (ni tampoco se espera que aporten en el futuro): socios que ya no están, inversores FFF o business angels con participaciones muy relevantes al entrar en etapas muy tempranas, empresas que nos han prestado servicio a cambio de equity pero que no siguen con nosotros…
  • Personas clave en la empresa con participaciones muy bajas en el accionariado o que, directamente, no tienen ningún tipo de participación (y sería clave comprometerlos con el negocio)
  • Desequilibrios entre los fundadores de la startup en cuanto al reparto de equity: 1 fundador al 90% y otros dos al 5%, por ejemplo o 3 fundadores para negocio y 1 solo para hacer producto y el reparto accionarial es 30%-30%-30%-10%

Y, aunque no está vinculado al cap table de manera directa, evitar a toda cosa la dilución y, por tanto, enrocarse con valoraciones muy altas y fuera de mercado también acaba desembocando en un red flag por parte del inversor.

3. Las red flags asociadas al negocio y el mercado

Los red flags no aparecen únicamente por cómo es el equipo o qué relación hay entre los fundadores y entre los fundadores y el inversor, también aparecen por causas vinculadas al propio negocio.

Algunas banderas rojas aparecen por causas como:

  • Propuesta de valor que no es sólida
  • Mercado tan de nicho y tan local que no permiten ver un gran negocio (más allá de quizás un autoempleo)
  • Poca o ninguna tracción a la hora de pedirle dinero a un inversor
  • Escaso dominio de las claves financieras de nuestro negocio como márgenes, rentabilidad, métricas principales…
  • Negamos que haya competencia ni sustitutivos, por tanto, es posible que no hayamos dedicado tiempo a conocer el mercado
  • Modelos de negocio que no son escalables, startups que son un side-project de una consultora, empresas de proyectos o consultoría

4. Otros casos que hacen saltar el red flag

Y, finalmente, otros motivos para que un inversor saque la bandera roja también pueden ser:

  • Cuando el destino de la inversión esté enfocado en salario para los fundadores y no en hacer crecer el negocio (marketing, ventas, expansión, etc.). Al final, un inversor quiere trabajar con fundadores que tienen mindset de empresario y no de empleado (recordemos el «Skin in the game»).
  • Cuando el destino de la inversión se destina a gastos superfluos o prescindibles como redecorar la oficina o buscar una oficina en una zona céntrica y no especialmente barata.
  • Cuando el burn rate es especialmente alto en la compañía y parece que va a seguir creciendo sin demasiado control o contención (una ronda tiene que servir para al menos 12 meses de runway, algo más con el COVID).
  • También pueden saltar alarmas cuando el inversor tiene que compartir cap table con otros inversores de dudosa reputación o track record. Como decíamos antes, el cap table es el «diario de la empresa» y todo sale ahí al final.

Y como resumen de todo esto de las red flags de los inversores, este vídeo de SlideBean es más que interesante y os recomiendo su visionado:

5. Lecturas recomendadas

Para finalizar, en el apartado de lecturas recomendadas, si tenéis interés en seguir profundizando en este tema de las red flags para un inversor os recomiendo lo siguiente:

Nos leemos pronto.

Imágenes: Giphy, cottonbro en Pexels, Pear VC, Andrea Piacquadio en Pexels

Publicado enInversión en startupsStartups

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.