Cuando trabajas en una aceleradora, es bastante habitual presenciar problemas o discusiones entre los socios fundadores de una startup.
¿El motivo de estos problemas? La tensión del día a día, los objetivos que no se cumplen, el dinero que se agota, diferentes visiones sobre el negocio y, por supuesto, las situaciones personales de cada uno de los socios.
En general, parece que en España nos cuesta mucho trabajo hablar claro de ciertos aspectos y esto es algo que veo, demasiadas veces, entre los socios fundadores de las startups.
Nos cuesta hablar de asuntos difíciles y, en vez de afrontarlos, los posponemos hasta que llegamos al límite…
Hay aspectos clave que se deben tratar al inicio para evitar ruido, dejar las cosas claras y poner el foco en lo importante: trabajar
- la visión del negocio (que se debe reflejar en el plan de negocio): qué hacemos, cómo la hacemos, a quién le vendemos…
- las reglas del juego (pacto de socios): compromisos que adquirimos, objetivos que nos marcamos, qué aportamos, cómo vamos a incorporar a nuevos socios, qué pasa si algún socio se marcha…
- el reparto de equity (propiedad de la empresa): cómo nos repartimos la propiedad del negocio, es decir, las acciones de la empresa
Cuando no tratamos estos aspectos de manera clara, aparecen «interferencias» que se materializan en cuchicheos, malentendidos, suspicacias y conflictos que desvían a los fundadores de una startup de su objetivo fundacional: poner en marcha una empresa.
Fundadores de una startup hablad las cosas, esto es una relación de largo plazo
Si las familias se pelean por una herencia y son familia, ¿no se van a pelear los socios de una empresa?
Esta es una reflexión que suelo hacer con muchos fundadores de startups con las que trabajo. Aunque no sea algo agradable, hay que pensar qué reglas del juego vamos a seguir para poder aplicarlas en caso de discrepancias o crisis.
Dicho de otra forma, formular las reglas de trabajo en el momento en el que nos llevamos bien para aplicarlas cuando nos llevemos mal.
La relación entre los socios de una empresa, en teoría, es una relación a largo plazo.
Por tanto, hay que pensar en el bien común y con miras a preservar varias cosas:
- Que el proyecto pueda seguir si uno de los socios quiere dejarlo y permitirle, por tanto, una puerta de salida sin que eso suponga el fin de la empresa
- Que haya instrumentos para dirimir diferencias o conflictos sin que ello suponga liquidar la empresa
- Que nuestra participación en la propiedad quede clara
- Cómo tomamos las decisiones y cómo se gobierna el proyecto
- Que tengamos claros los riesgos en los que ponemos nuestro patrimonio personal
Es el mismo planteamiento que lleva a una empresa familiar a elaborar un «protocolo familiar».
Si los socios son amigos, mezclamos relaciones personales y profesionales (igual que en una empresa familiar); por tanto, necesitamos «reglas de juego» que nos permitan trabajar para generar valor en nuestra empresa.
Esto va de comprometerse con los socios y el proyecto
“Ir juntos es comenzar. Mantenerse juntos es progresar. Trabajar juntos es triunfar” – Henry Ford
Esta frase de Henry Ford es de las típicas que se usan en presentaciones al hablar de trabajo en equipo.
En el caso de los fundadores de una startup, la frase es toda una declaración de intenciones:
- Al estar en equipo, podemos llegar mucho más lejos porque podemos sumar esfuerzos, recursos y, lo más importante, complementar nuestras habilidades y conocimientos
- Trabajar en equipo, en cierta medida, requiere de la generosidad de todos los fundadores de la empresa. Hay que ceder, reconocer el trabajo de los demás y repartir los roles en base a habilidades/conocimientos y no en base a los «egos»
- Hay que buscar una visión compartida del proyecto, sin eso va a ser complicado que todos rememos en una misma dirección
- Si nos hemos embarcado en un proyecto con unos compañeros de viaje es porque entendemos que aportan al proyecto conocimientos, habilidades, motivación y recursos, comparten con nosotros la visión del proyecto y también entendemos su situación personal y la aceptamos
En una startup no todos los fundadores pueden ser el CEO. El reparto de roles (o de C’s) debe hacerse pensando en el proyecto y esto, dependiendo de los egos y aspiraciones de cada uno, también es fuente de problemas.
Las dedicaciones y las situaciones personales también son otra fuente de problemas entre socios. ¿El motivo? Asimetrías en dedicaciones o compromisos personales, al final, generan roces si nunca se han abordado los temas vinculados al compromiso y los objetivos que tiene cada miembro del equipo.
Hay otro aspecto que, en mi opinión, se debe abordar y hablar entre los socios: la motivación. Es decir, creo que es importante que cada socio ponga sobre la mesa sus motivaciones para unirse al proyecto y qué espera del mismo.
Esta transparencia, sin duda, ayudará a alinear objetivos y compartir una misma visión para el proyecto.
¿Es el pacto de socios la solución a los problemas entre fundadores de una startup?
Si me planteasen esta pregunta, mi respuesta sería que sí y que no.
He visto empresas, precisamente, desintegrarse a la hora de plantear su primer pacto de socios y «regular las cosas».
La razón es porque nunca habían abordado este asunto y, al final, cada socio tenía una visión distinta de la empresa y de lo que esperaba del resto de socios. Por tanto, era imposible llegar a un acuerdo.
Redactar un pacto de socios sin consenso previo, seguramente, es como una «bomba de relojería».
Hay que conocer las motivaciones de todos los fundadores de la empresa, sus situaciones personales, alinear objetivos y, por supuesto, ser generosos con nuestros compañeros y con el proyecto.
No niego que, en determinadas circunstancias, haga falta que algunos fundadores salgan porque no están alineados con los compromisos o la visión del proyecto.
Sin embargo, eso debería aflorar de las conversaciones entre los propios socios y no al redactar o leer un documento a modo de «contrato». Si alguien tiene que salir, es mejor hablarlo a mandarle un documento que está mostrando que debe irse…
Habiendo hablado todo, es muy sano firmar un pacto de socios que refleje nuestra visión compartida y el consenso.
Tener ese pacto de socios firmado a los fundadores de una startup tranquilidad y poner el foco en el desarrollo del proyecto. Las «reglas del juego» están escritas, firmadas y asumidas por todos y, por supuesto, si alguien se las salta, sabe qué es lo que puede pasar.
No deberíamos esperar a que llame un inversor a nuestra puerta para redactar nuestro pacto de socios.
Un documento simple que recoja nuestros compromisos es mucho mejor que no tener nada y basarlo todo en las buenas intenciones y las libres interpretaciones de cada socio.
Imágenes: Startup Stock Photos, Abraham Williams (Flickr), Helena Lopes (Pexels)
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