Sin duda alguna, Steve Jobs es uno de los personajes más relevantes del mundo de la tecnología.
El fundador de Apple ha generado miles y miles de líneas en los medios de comunicación, los productos de Apple son el centro de muchos debates y, tras su muerte, la figura de Jobs sigue siendo admirada, criticada e, incluso, ha dado lugar a dos películas en el cine (una genial y otra bastante prescindible).
En 2011, Walter Isaacson publicó la biografía de Steve Jobs, un trabajo basado en más de 40 entrevistas realizadas al protagonista durante 2 años y complementado con entrevistas a más de 100 personas entre familiares, amigos, competidores y colegas.
De la biografía hablaré más adelante, ha sido uno de mis libros pendientes durante demasiado tiempo y será una lectura para este verano.
Hoy me quiero centrar en un libro generado, precisamente, a partir de la biografía de Steve Jobs pero que está centrado en su faceta directiva y, por tanto, de líder de una organización como Apple.
Steve Jobs: Lecciones de Liderazgo, también escrito por Walter Isaacson, es un libro que leí hace ya algunos años (concretamente en 2014) pero lo he vuelto a releer y también se lo he recomendado a algunas de las startups con las que trabajo.
¿El motivo? Creo que se puede aprender mucho del estilo de dirección y liderazgo de Steve Jobs. Dejando de lado el complicado carácter del protagonista, creo que podemos aprender algunas claves para gestionar equipos en entornos de alto nivel de exigencia y en sectores tan competitivos como el de la tecnología.
El estilo de dirección de Steve Jobs
¿Y cómo era el estilo de dirección de Steve Jobs? Una de las características, que también podemos ver en la propia Apple, es el foco y la concentración. Es decir, evitar distracciones y centrarse en lo importante.
Hay una frase en el libro en la que el autor cita a Steve Jobs que, sin duda, es una muy buena lección para reflexionar:
Decidir lo que no hay que hacer es tan importante como decidir lo que hay que hacer. Esto sirve para las empresas y también para los productos.
El portfolio de productos de Apple es simple y acotado, precisamente, para concentrarse en hacer cosas excelentes.
Una de las anécdotas que más me gustan es la de los retiros de directivos.
Steve Jobs, una pizarra, su equipo y un brainstorming del que debían salir las 10 cosas que tenía que hacer la compañía el próximo año. Una vez eliminadas las propuestas que no agradaban a Jobs, dejarlas en 10 y priorizar, Jobs borraba las 7 últimas e indicaba que «solamente podían hacer 3».
Otro detalle de Apple, y también de Steve Jobs, era el control total para buscar la mejor experiencia de usuario. En un dispositivo de Apple, hardware y software están en armonía porque la compañía es responsable de todo el proceso de desarrollo del producto.
Es decir, los equipos son multidisciplinares y trabajan en cooperación. Un aspecto que, por desgracia, no siempre vemos en las empresas porque tienden a ser compartimentos estancos que trocean un proyecto en vez de construirlo en común (y aprender unos de otros).
Mi pasión siempre fue construir una empresa duradera en la que la gente se sintiera motivada para crear grandes productos. Todo lo demás era secundario. Por supuesto, era fantástico obtener beneficios, porque eso te permite crear grandes productos. Pero la motivación eran los productos y no los beneficios. Sculley alteró esas prioridades y convirtió el dinero en la meta. Es una diferencia sutil, pero acaba por afectar a todos los campos: la gente a la que contrastas, quién asciende y qué se discute en las reuniones
Este extracto podría chocar con cualquier principio empresarial o lo que se enseña en una escuela de negocios.
Sin embargo, creo que podemos aprender un par de cosas interesantes sobre Jobs y su estilo de dirección.
Su foco estaba puesto en crear productos excelentes y en motivar al equipo para conseguir ese fin. Un gran equipo con un objetivo trascendental debe dar como resultado grandes productos y estos, a su vez, generar beneficios para la empresa.
El objetivo es ofrecer a los clientes productos excelentes y, como consecuencia, ganar dinero. Ganar dinero es una consecuencia de la finalidad de la compañía y, esto, es una reflexión muy interesante para plantearse en el seno de cualquier compañía.
De hecho, el equipo era clave para Jobs y la máxima de trabajar con los mejores formaba parte de su estilo de trabajo.
Aunque fuera complicado en el trato, siendo políticamente correcto, la obsesión de Jobs en Apple era tener a los mejores en la compañía. En este sentido, Jobs denominaba a esto «evitar la proliferación de los estúpidos» siendo sincero y diciéndole a la gente lo que estaba mal.
Uno de los aspectos que más me llamaron la atención del libro fue el apartado dedicado al cara a cara.
Steve Jobs fomentaba las reuniones cara a cara, creía que las ideas y la creatividad surgían en las reuniones y en la espontaneidad.
De hecho, fomentar los encuentros cara a cara era tan importante que hasta los edificios corporativos (Apple o Pixar) buscaban fomentar las conexiones entre la plantilla de la compañía y promover la colaboración y la creatividad.
Algunas claves de Steve Jobs: Lecciones de Liderazgo
Steve Jobs es un personaje singular del que creo podemos aprender algunas cosas sobre dirección de empresas: la capacidad de concentración y el foco, el equipo multidisciplinar, la búsqueda de la excelencia, la misión de una compañía o buscar siempre el mejor equipo y fomentar la colaboración.
Por todas estas cosas, me gusta recomendar este libro a las startups. La recomendación no es porque sea Steve Jobs; es un libro que me gusta porque da claves de cómo gestionar un equipo innovador y puede servir de referencia a CEOs que no cuentan con mucha experiencia profesional y, por tanto, no han desarrollado su «caja de herramientas» como directivos.
El brainstorming, priorizar lo que se va a hacer, decidir que solamente se va a poner el foco en las 5 primeras cosas de la lista porque intentar abordar más cosas no es posible (con los estándares de calidad y exigencia de la empresa), son situaciones reales que se viven en cualquier compañía.
No es tanto pensar en «qué es lo que haría Steve Jobs», es más bien, voy a aprender técnicas de alguien que fundó una gran compañía y voy a ponerlas en prácticas en mi empresa.
Imágenes: Wikipedia & MacRumors y Wikipedia & TechCrunch
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