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Arthur Rock y los orígenes del capital-riesgo

Bob me llamó por teléfono. Éramos amigos desde hacía tiempo… ¿Me presentó documentos? Prácticamente ninguno. La reputación de Noyce era suficiente. Escribimos alrededor de una página y media pero fui capaz de conseguir el dinero antes incluso que se leyesen ese dossier

Así es cómo resume Arthur Rock el proceso de financiación de Intel, la empresa que fundaron Robert Noyce y Gordon Moore tras abandonar Fairchild Semiconductor en el año 1968.

Noyce y Moore no eran unos emprendedores novatos, formaban parte del grupo de los conocidos como «los ocho traidores» que fundaron Fairchild Semiconductor y que contribuyeron al nacimiento de Silicon Valley; contaban con una muy buena carta de presentación y, además, contaban con Arthur Rock, un antiguo alumno de la Harvard Business School que trabajaba como analista de inversiones en Wall Street y confió en el grupo de los 8 traidores para poner en marcha la aventura de fabricar componentes electrónicos y circuitos integrados.

Arthur Rock desarrolló algo que, para nosotros, se ha convertido en algo que forma parte de lo cotidiano: los fondos de capital-riesgo. Rock convenció, en 1956, a una compañía neoyorquina llamada Fairchild Camera and Instrument, que se dedicaba a la investigación y desarrollo de cámaras fotográficas, para que financiase la creación de la empresa de «los 8 traidores» con 1,5 millones de dólares; una operación de gran envergadura que financiaba la idea de 8 investigadores que habían decidido abandonar los Laboratorios Bell (cuna del transistor) para emprender su propia aventura empresarial.

En 1960, Arthur Rock intervino en la financiación para poner en marcha otro gigante tecnológico de Estados Unidos: Teledyne Technologies, con una operación de 450.000 dólares.

Aunque nos puedan parecer operaciones normales, a finales de los años 50 y principios de los 60, las empresas tecnológicas eran algo nuevo y, por tanto, no eran consideradas inversiones seguras (aunque hoy tampoco lo son). Se sabía de su potencial y de cómo podían cambiar las cosas pero, realmente, invertir en ellas implicaba mucha incertidumbre y riesgo; el capital-riesgo era algo novedoso.

Arthur Rock - capital-riesgo 2

Teniendo en cuenta el movimiento de empresas que empezaba a surgir en el área de la bahía de San Francisco, Arthur Rock abandonó su puesto en Wall Street para fundar la primera compañía de inversiones de capital-riesgo de la historia y la estableció en San Francisco en 1961. Davis & Rock, que era el nombre de esta firma que fundó el propio Rock junto a Thomas J. Davis Jr., gestionaba un fondo con 25 socios que financió, en sus primeros 7 años de andadura, a 15 compañías. Un ejemplo de sus participadas fue Scientific Data Systems, donde invirtieron 257.000 dólares y obtuvieron un retorno de 60 millones de dólares.

Con estas operaciones, Arthur Rock se posicionó como una persona de «gran olfato» para detectar oportunidades de negocio.

En el caso del gran exit de Scientific Data Systems, Rock siempre ha asegurado que la decisión de invertir la marcó el fundador de la compañía, Max Palevsky; confió en él y en su capacidad para ganar dinero a partir de su idea de negocio (un criterio que no dista mucho de lo que ocurre hoy, donde el equipo humano es clave a la hora de que un inversor confíe en nuestra startup):

Lo que me interesa es invertir en las personas

De hecho, volviendo al caso de Intel, donde Rock ya conocía a sus fundadores y sabían qué eran capaces de hacer, el «padre» del capital-riesgo decidió apostar por Intel e invirtió, de su propio bolsillo, 300.000 dólares. A este montante, Rock le sumó 2,2 millones de dólares adicionales que captó mediante 15 llamadas telefónicas que realizó en una sola tarde.

Otra de las empresas en las que Arthur Rock invirtió fue Apple. Rock conoció a Apple en sus orígenes y mantuvo un encuentro con Steve Wozniak y Steve Jobs. En 1978, Rock invirtió 57.000 dólares en Apple (640.000 acciones de Apple a 9 centavos de dólar) que, en apenas 3 años, se transformaron en 14 millones de dólares, otra operación de capital-riesgo que se convirtió en un rotundo éxito.

«Steve llevaba perilla y bigote, no llevaba zapatos, iba vestido de una manera horrible para aquella época, con pantalón vaquero, llevaba el pelo largo y parecía que no le habían cortado el pelo en 20 años. Decidí invertir en la compañía y resultó ser una muy buena inversión. Steve Jobs era muy retórico y tenía la visión de que todo el mundo utilizaría, en no mucho tiempo, un ordenador personal. Nunca pensé que el mercado iba a ser tan grande como al final llegó a ser pero sí que veía a la gente gastando 2.000 o 3.000 dólares para comprarse su propio equipo»

Arthur Rock, que sigue en activo y patrocina programas educativos en escuelas y universidades, es toda una leyenda en Silicon Valley. Sin este VC, padre del capital-riesgo, no existirían empresas como Intel o Apple; un visionario con gran olfato para los negocios que fue capaz de ver lo que podían hacer Steve Jobs, Gordon Moore o Robert Noyce.

Imágenes: Jag Wire y Christopher Michel en Wikipedia

Publicado enStartupsTecnología

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