Si alguien busca un buen regalo para estas fiestas que, además de estar vinculado al mundo de la tecnología, no suponga un gran desembolso económico creo que Raspberry Pi es una de las mejores opciones a considerar.
Raspberry Pi es un computador de bajo coste (apenas 25 dólares) que nació con el objetivo de romper la brecha digital en el sector de la educación; es decir, desarrollar un ordenador tan barato que permitiese montar aulas de informática en las escuelas sin tener que realizar grandes inversiones. Tras 6 años de trabajo, la Fundación Raspberry Pi consiguió desarrollar una pequeña placa que permita promover la enseñanza de las ciencias de la computación en el ámbito escolar y promover el aprendizaje de lenguajes de programación como Python, BBC Basic, C y Perl (y así formar a los jóvenes desde edad temprana).
La reducción de los costes no fue fácil pero al eliminar los componentes superfluos y optimizar al máximo el hardware se consiguió un pequeño ordenador completamente funcional que nos ofrece un procesador ARM1176JZF-S a 700 MHz, 512 MB de memoria RAM, conexión USB, conexión de audio, tarjeta de red Ethernet, una salida de vídeo DVI, una salida HDMI y un lector de tarjetas SD (que es la que se usa para el almacenamiento puesto que el sistema carece de disco duro).
Su simplicidad y bajo precio han hecho que este proyecto haya traspasado las fronteras de la educación y, en muy poco tiempo, se ha convertido en la base sobre la que se están desarrollando múltiples proyectos creativos y, por supuesto, también puede ser un buen gadget para tener en casa y aprender un poco.
¿Y para qué tener una Raspberry Pi en casa? Si nunca te has lanzado a trabajar con un sistema operativo GNU/Linux, Raspberry Pi puede ser una buena puerta de entrada a este ecosistema ya que el proyecto se apoya en esta plataforma. Dependiendo del uso que le queramos dar, tenemos ante nosotros múltiples distribuciones Linux que podemos usar, desde distribuciones generalistas como Raspbian (que está basada en Debian) como distribuciones más específicas como Raspbmc (con la que podremos montar un media center sobre Raspberry Pi y conectarla a nuestro televisor).
Teniendo en cuenta que, hoy en día, tanto los monitores como los televisores están provistos de conexiones HDMI, no nos será complicado encontrarle un lugar en casa a nuestra Raspberry Pi e introducirnos de esta forma en el mundo Linux sin tener que formatear nuestro ordenador o hacerle una partición al disco duro.
Dado que el sistema se instala en una tarjeta SD (que tampoco son muy caras), vale la pena tener varias tarjetas SD con varias distribuciones y, de esta forma, cambiarlas según sea el caso. Podríamos tener una tarjeta con Raspbian si buscamos una distribución generalista (en mi caso es la que utilizo) y, dependiendo del uso que queramos darle, una tarjeta con alguna distribución más específica.
Como soy aficionado a los videojuegos vintage, tengo una tarjeta SD con RetroPie, una distribución orientada a los emuladores de consolas clásicas y también máquinas arcade (usando el emulador MAME). Esta distribución soporta la conexión de un gamepad de Xbox 360 (que son USB) que, como nos podemos imaginar, podremos usar para jugar más cómodamente y, para poder subir fácilmente las ROMs de los juegos, el sistema implementa un servidor de FTP.
Realmente, el coste de Raspberry Pi es muy bajo y, realmente, no es obligatorio invertir en periféricos más allá de la caja en la que alojar la placa. La fuente de alimentación no es necesaria porque usa un conector microUSB que es idéntico al cargador de cualquier smartphone y si tenemos un hub USB en casa sería más que suficiente conectarlo ahí. De hecho, no es muy descabellado tener más de una Raspberry Pi en casa y dejar una en el salón como media center y otra en nuestro escritorio para trabajar con ella o usarla como NAS si le conectamos un disco duro USB.
Si te apasiona el mundo de la electrónica y el software libre, sin duda, Raspberry Pi es lo que estás buscando; un pequeño ordenador que te puede aportar muchas horas de entretenimiento y, por supuesto, aprendizaje.
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