El viernes pasado, Google, el gigante de las búsquedas, hizo público algo que empezábamos a sospechar, cambios en su algoritmo de búsqueda que premiarían aquellas páginas con contenidos de valor en detrimento de las granjas de enlaces o sitios bien posicionados pero que se dedican a copiar contenidos de otras páginas web. Personalmente esta noticia me agradó mucho, ya que las resultados de las búsquedas cada vez estaban más viciados y éstos se encontraban cada vez más emborronados con enlaces a sitios web que repetían la información de otros sitios de referencia.
El hecho de que Google, hace dos semanas, lanzase una extensión para Chrome con la que podíamos marcar como spam los resultados de las búsquedas que considerásemos de poco valor, para que no nos volviesen a aparecer, ya hacía pensar en este cambio y es que, en el fondo, era lógico que pasase tarde o temprano. Hemos llegado a un punto en el que la obsesión por el SEO y por el posicionamiento en los primeros puestos de los resultados de Google se habían convertido en, casi, la única estrategia y, bueno, aunque importante, el SEO no lo debe ser todo, o bueno, quizás dependa del ámbito de actuación.
Si nuestro sitio web se centra en los contenidos, por ejemplo, un blog, quizás, nuestra estrategia debería centrarse en crear contenido de calidad y valor, algo que sea útil y que sea susceptible de ser enlazado y, por tanto, considerado como algo de referencia. A partir de ahí, me parece lógico intentar buscar una mejor visibilidad, pero creo que primero hemos de lograr un tráfico directo sólido, es decir, gente que visita nuestro sitio web porque les gusta lo que ofrecemos, gente que entra de manera asidua y que, por tanto, represente un público fiel, más aún, si nuestra página percibe ingresos por publicidad, porque nuestros ingresos dependerían de un tercero.
Si tan sólo nos centramos en el SEO, nos arriesgamos a depender de las reglas de Google, que como empresa, puede cambiarlas a su antojo, al fin y al cabo, el buscador es suyo y, como empresa que facilita contenidos a sus usuarios, buscará ofrecerles a éstos cosas que les agrade y satisfaga sus expectativas.
Con esto, no quiero decir que el SEO no sirva para nada, simplemente que no deberíamos abusar de él si lo que ofrecemos son contenidos. Distinto es el caso de la web de una empresa ya que nos interesa ofrecerles la mayor visibilidad que se pueda para que los usuarios la conozcan, la visiten y, claro está, contraten sus servicios (algo que podemos compaginar con el SEM), pero la fuente de ingresos de estas empresas son sus servicios no el tráfico de sus webs que, por ejemplo, derive en ingresos por publicidad.
Google no está para hacernos ganar dinero a través del tráfico que nos genere, eso es algo que debemos buscar nosotros. Puede ser una ayuda, una puerta de entrada, pero mantener a alguien en nuestra web tras cruzar la puerta de Google es nuestra responsabilidad y, por tanto, es nuestra misión evitar el rebote y, por tanto, ofrecer una experiencia de calidad.
Personalmente, creo que este cambio es para mejor, porque el panorama se estaba viciando bastante con, por ejemplo, las granjas de enlaces, es decir, páginas bien posicionadas que vendían enlaces a otras, simplemente, para mejorar su posición en las búsquedas. La web son, precisamente, contenidos, por tanto, me parece estupendo premiar los contenidos de calidad.
Imágenes: El Almacén y Universidad de Zaragoza
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