Steve Ballmer se hizo con las riendas de Microsoft en junio de 2008 y, desde entonces, ha dirigido las operaciones de la compañía en sustitución de Bill Gates. Últimamente Steve Ballmer está en el punto de mira de los medios por su gestión, sus discrepancias con la propia empresa y por las voces de algunos analistas económicos que apuntan a que su presencia es un gran riesgo para la compañía.
La verdad es que Ballmer es un personaje con un carisma muy distinto a su antecesor en el cargo. Extremadamente efusivo en sus presentaciones, rozando la sobreactuación, y con una capacidad para hablar más de la cuenta, la semana pasada comentó que Windows 8 sería lanzado durante el 2012, algo que desde Microsoft desmintieron rápidamente aclarando que ni saldrá en 2012 y ni tan siquiera se llamará Windows 8. El caso es que un hecho como este, en el que tu propia compañía te desmiente, te puede hacer pensar que quizás sea el momento de una honrosa retirada.