El fin de semana pasado, un ex-empleado de Google comentaba en su blog que la tecnología sobre la cual se sustentaba el buscador, y otros servicios del gigante de Mountain View, estaba obsoleta. Independientemente de que tenga razón o no la tenga, no es lógico que constantemente se estén cambiando los cimientos de la arquitectura de un sistema que, además, funciona tan bien, sino que son proyectos que se planifican con tiempo y se ejecutan cuando «se toca techo» y es necesario dar el salto tecnológico. De hecho, Google, en estos años, ha realizado grandes saltos tecnológicos. La historia de Google se remonta a 1998, cuando Larry Page y Sergey Brin, estudiantes de doctorado, realizaban sus tesis, precisamente, sobre algoritmos de búsqueda. En aquella época de Stanford, Larry y Sergey montaron la primera infraestructura que soportó a su buscador, la cual alojaron en el garaje de Susan Wojcicki (que se los alquiló). La primera arquitectura de Google era una composición heterogénea compuesta por:
- Una estación Sun Ultra II con procesadores a 200 MHz, 256 MB de RAM y 3 discos duros de 9 GB y 6 de 4 GB (haciendo un total de 51 GB)
- Dos servidores Pentium II a 300 MHz, 512 MB de RAM y 9 discos duros de 9 GB cada uno, que se dedicaban a ejecutar los algoritmos de búsqueda
- Una F50 IBM RS/6000 de IBM con 4 procesadores, 512 MB en RAM y 8 discos duros de 9 GB cada uno además de 18 discos duros extra de 9 GB