Uno de los últimos libros que ha caído entre mis manos giraba alrededor de historias de emprendedores y del origen de sus startup y empresas; una temática que siempre me resulta interesante porque combina negocio, startups y algo de historia del mundo de la tecnología.
El libro en cuestión es Cuando éramos emprendedores. 100 historias sobre los comienzos de las grandes empresas de hoy de Manuel Pérez Martín de la Hinojosa.
En esta ocasión ha sido lectura en la tablet a través de la aplicación de Kindle. ¿Motivo? Lo cacé un día que estaba en descarga gratuita. No solamente me descargué el libro por el precio, evidentemente, es un factor que influye pero no es únicamente decisivo.
Como comentaba al inicio, siempre me ha gustado la historia que rodea a las empresas tecnológicas; por tanto, juntar en un libro historias de emprendedores y startups es interesante y pensé que sería una buena lectura para las vacaciones.
A través del libro conocemos los orígenes de empresas como Spotify, Pinterest, Dropbox, Instagram, Facebook, Amazon, IKEA o Adidas.
También cómo se conocieron los fundadores de Google, la iniciativa emprendedora que siempre impulsó a Daniel Ek (cofundador de Spotify) o cómo aprendió el fundador de Pinterest de sus usuarios (poniéndose en contacto con cada uno de ellos).
En términos generales, es un libro que se hace ameno al estar plagado de anécdotas de empresas que nos quedan cercanas y, en cierta medida, todos hemos sido usuarios o clientes alguna vez.
Desde un punto de vista empresarial, creo que algunos mensajes y conclusiones que, quizás, haya que analizar de manera algo más profunda y no quedarse en lo literal del libro.
Aprendizajes interesantes para emprendedores
Leía hace poco que una buena forma de interiorizar los aprendizajes de un libro era estudiar cómo llevarlos a la acción en nuestro día a día.
En el caso de este libro, creo que es interesante resaltar algunas notas de aprendizajes de estas empresas que emprendedores y startups pueden poner en práctica:
- De Starbucks hay un aprendizaje interesante vinculado a evaluar: «parad cada cierto tiempo para comprobar si vuestro negocio ha perdido calidad, si los clientes siguen contentos y si vais por buen camino»
- De Ford y, concretamente su fundador, el libro cuenta una anécdota interesante sobre un juicio al que asistió. ¿Su conclusión? «dispongo de hombres a mi alrededor que pueden proporcionarme cualquier conocimiento que yo les pida», es decir, «pongamos el foco en rodearnos de los mejores y dejemos que hagan su trabajo»
- Reid Hoffman, fundador de Linkedin solía decir algo muy interesante que aplica bien al desarrollo de un MVP: «si no te avergüenza la primera versión de tu producto es que lo lanzaste muy tarde»
- De McDonald’s hay una historia interesante alrededor de los modelos de negocio y cómo a veces las apariencias engañan. ¿El negocio de McDonald’s? Todo el mundo pensaría que es la restauración pero Ray Kroc, el fundador, decía «no me dedico al negocio de las hamburguesas. Me dedico al negocio inmobiliario». Realmente el negocio de la compañía es vender franquicias y una de sus exigencias es que la ubicación es un factor clave
- De la historia de Alibaba y Jack Ma, su fundador, hay una conclusión que a muchos emprendedores les cuesta poner en marcha: «si os bloqueáis, salid a la calle, observad, preguntad a la gente… Encontraréis más respuestas en la calle que en el techo de vuestra oficina»
Ideas que los emprendedores deberían no tomar literalmente
Como comentaba, el libro me ha parecido entretenido y he disfrutado de su lectura.
Sin embargo, en varios capítulos del libro encuentro referencias a que en una startup no es tan importante pensar en un modelo de negocio; es algo que «ya llegará».
Concretamente, al hablar de Facebook y su manera de hacer negocios, el autor comenta que la clave es «ofrecer calidad y cuidar a los clientes, que ellos sean lo primero y no el ánimo de lucro. De esta forma, los ingresos llegarán tarde o temprano».
La afirmación, aunque en cierta medida tiene razón en lo de poner al cliente en el centro, creo que se equivoca al no darle peso en al modelo de negocio.
¿Los ingresos ya llegarán? Bueno, es posible que tarden en llegar pero habrá que diseñar cuál va a ser el modelo de ingresos del servicio, identificar quién es el cliente y qué propuesta de valor le vamos a hacer.
Es cierto que negocios como Facebook, Twitter o Instagram se apoyan en generar una gran masa de usuarios activos para, posteriormente, monetizar con publicidad.
¿Cuánta caja se necesita para sostener un negocio así? En Estados Unidos, quizás, se pueda conseguir inversión para levantar un MVP y tener ingresos a medio plazo. En Europa, desgraciadamente, la inversión llega con métricas y algo de generación de ingresos.
Por tanto, este tipo de afirmaciones y conclusiones, en mi opinión, necesitan algo de matización para no confundir a los emprendedores.
Hay otra anécdota, vinculada a Steve Jobs, que también necesita su matiz: «persevera y vencerás».
Quizás estoy contaminado con lo que veo en la aceleradora, pero creo que los emprendedores deben ser flexibles y reaccionar ante el feedback de sus clientes.
A veces, es mejor pivotar y virar el proyecto si el aprendizaje recogido así lo indica, que estar obcecados en algo que nadie va a comprar y que, hasta ahora, solamente nos hace consumir caja…
Imagen: Thomas Watson Steen (Flickr)