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Italian Trip

Este es mi segundo post sobre Italia, el anterior estaba relacionado con las Telecomunicaciones y esta vez quiero mostrar detalles curiosos y cosas que han hecho que este viaje haya sido especial y me haya planteado el volver de nuevo a ese país.

Italia es un paseo continuo por un libro de Historia del Arte, paseas por el Imperio Romano, por el Renacimiento, el Barroco o el cuadriculado arte de la época de Mussolini, todo con una continuidad que, aunque podría ser algo chocante, goza de una armonía que te absorbe y te integra en ese maravilloso decorado.

Mi viaje, aunque corto, ha sido intenso: Venecia – Padua – Pisa – Florencia – Asís – Roma – Pompeya – Nápoles – Capri. Florencia y Roma son ciudades que se merecen un estancia de 1 semana en cada una porque es imposible verlo todo, pero quizás eso sea lo interesante: volver.

Todo el mundo conoce Venecia, es una ciudad formada por islotes que están unidos por puentes, lógicamente no existe el tráfico rodado y la gente se tiene que mover a pie o en barco. En Venecia no existe el autobús, pero sí que existe el Vaporetto que es la lancha de transporte público, y las paradas son embarcaderos:

¿Hay taxis?, pues sí pero son lanchas, por cierto que los taxistas en Venecia son igual o más piratas que los nuestros. Venecia es una de las ciudades más caras que he conocido nunca, al igual que Capri. Es curiosa la diferencia de precios entre España e Italia, máxime cuando el nivel de sueldos en ambos países es muy parecido, el mileurismo es un concepto que también abunda por la península itálica, por tanto cabría pensar que de los 8 € que vale una cerveza parte repercutiría en la mejora de condiciones del local, ¿no?; pues nada más lejos de la realidad, la hostelería italiana está a años luz de nuestros hoteles y hay bares que ni siquiera tienen un W.C. público. Ejemplo: Café Expresso + trozo de tarta en una cafetería de la Plaza de San Marcos 20 €.

Para los aficionados a Cuarto Milenio, Milenio Tres e Iker Jiménez, en Florencia hay una basílica, la de la Santa Cruz, que además de ser el panteón de los Ilustres Italianos (Dante, Miguel Ángel, Galileo, Machiavelo, etc), tiene un claustro en el que encontraron enterrada una gran cruz de madera y que tiene una capilla en la que está el siguiente fresco:

Interesante fresco sobre la crucifixión de Jesús y la última cena en el que además hay unos interesantes pasajes sobre «Maria Maddalena e la Vergine».

Roma es una ciudad capaz de evadirte a otras épocas y hacerte desconectar del trabajo, el estrés, el móvil y el correo electrónico. Llevaba mucho tiempo con ganas de visitar la ciudad eterna, sobre todo desde que leí «El Último Catón» de Matilde Asensi y vi por primera vez la maravillosa Vacaciones en Roma (1953) de William Wyler con la maravillosa Audrey Hepburn

Tanto el libro como la película hacen unos recorridos por los sitios más pintorescos de la ciudad eterna, ambos coinciden en un templete que hay muy cerca de la orilla del río Tíber donde se encuentra la famosa «Boca de la Verdad», boca, que según la leyenda, se comía la mano de los mentirosos:
Siguiendo con Vacaciones en Roma, los protagonistas, el gran Gregory Peck y la maravillosa Audrey Hepburn, pasean en una Vespa por las calles de Roma y terminan en la Plaza de España, lugar en el que se encuentra la Embajada de España ante la Santa Sede (un edificio que dicen que es precioso pero que se encuentra tapado por los andamios al encontrarse en pleno proceso de restauración). En esta plaza hay una escalinata que, a pesar de ser donación de España, fue sufragada por Francia, y que también forma parte del inmortal film:
Retomando «El Último Catón», novela que narra una búsqueda que tiene como guión «La Divina Comedia» de Dante y que tiene varios capítulos dedicados a Roma, tiene una escena que transcurre en la Basílica de San Juan de Letrán, una de las 4 basílicas de Roma y sede de la diócesis romana de la cual el Papa es el obispo, por tanto, la Catedral de Roma no es la Iglesia de San Pedro sino que es la Basílica de San Juan de Letrán.

Los que hayan visto la película del Código Da Vinci (2006) y conozcan este lugar se habrán dado cuenta que cuando Leigh Teabing (Ian McKellen) y Robert Langdom (Tom Hanks) le relatan a Sophie Neveu (Audrey Tautou) la historia del cristianismo y el primer concilio papal en el que se «acordó» la historia oficial de Jesucristo, sale un flashback de ese concilio en el que se ve la sala capitular que hay en San Juan de Letrán:

Pero quizás, lo más interesante de esta basílica es lo que hay en su anexo, el Sancta Santorum de San Juan de Letrán: la Scala Sancta. Esta escalera de mármol de 28 escalones es, según la tradición católica, la que ascendía hacia el pretorio de Pilato en Jerusalén y que fue subida por Jesucristo durante su Pasión. Los historiadores del monumento afirman que la Scala Sancta fue traída de Jerusalén a Roma hacia el año 326 por Santa Helena, Madre de Constantino el Grande y ubicada en San Juan de Letrán hasta que en 1589, el Papa Sixto V, la trasladó a su actual ubicación. Los escalones de mármol solo pueden ser ascendidos de rodillas, tradición que sigue muy arraigada por los peregrinos:
El Vaticano es otro lugar en el que parece que el tiempo se detuvo, aunque en el post anterior mostrase la gran antena que tienen instalada. Es un sitio en que encuentras sentimientos encontrados, por un lado asombra las grandes joyas del arte que se guardan en los museos vaticanos, pero por otro lado da que pensar el gran poder que tuvieron jugando y atemorizando a las personas a través de las doctrinas y la fe. Jefes de estado, generales de ejércitos, infalibles, conspiradores, políticos… en un estado hermético cuyas fronteras están custodiadas por unos jóvenes soldados voluntarios del ejército suizo que custodian la entrada vestidos como un alabardero del renacimiento y armados con un sable:
Quisiera terminar con una imagen que me inspira tranquilidad, un sitio de ensueño en el que retirarse del mundanal ruido si la cartera te lo permite: Capri, una isla al sur de Nápoles dedicada 100% al turismo de yates y en la que se pueden encontrar calas como ésta:

He de volver a Italia.

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