Icono del sitio Los Habitantes de Kewlona

Imprescindibles del cine: «Juegos de Guerra»

Hoy he estado revisando un clásico del cine, Juegos de Guerra (1983), una película que mezcla 2 conceptos que estaban muy de moda en esa época: el miedo a una guerra nuclear con la extinta Unión Soviética (la película está rodada en plena época Reagan) y las automatización de procesos mediante el uso de computadoras.

En esta película un jovencísimo Matthew Broderick encarna a David Lightman, un estudiante de instituto que tiene un talento nato para las computadoras, como por ejemplo conectarse con el servidor de su instituto y darle un «ligero» ascenso a sus notas. Un día, buscando juegos en la red conecta «accidentalmente» con un servidor de juegos que además de los grandes clásicos de la estrategia como el ajedrez o el 3 en raya, le ofrece un juego denominado «Guerra Total Termonuclear».

Lo que David no sabe es que, realmente, ese servidor de juegos es la WOPR, el ordenador que controla y dirige el NORAD, el mando aéreo de defensa de los U.S. encargado de disparar los cohetes nucleares en caso de ataque soviético.

Lo que comenzó siendo un juego de ordenador, en pantalla de fósforo verde y jugado a través de un módem analógico, acaba convirtiéndose en una auténtica crisis militar que sólo David y el creador del WOPR, el misterioso Profesor Falken, podrán solventar.

Esta película podría pasar desapercibida, no deja de ser un film de los años 80 que trata la paranoia americana del momento, el miedo a la U.R.S.S. y que ya trataron también otras películas de la época.

Lo realmente interesante de esta película es que en cualquier clase sobre arquitectura de computadores o sistemas, no hay profesor que no use esta película como ejemplo de lo que se conoce como «Puerta Trasera».

En el argot informático, una puerta trasera (o en inglés backdoor), es una secuencia especial dentro del código de programación mediante la cual el programador puede acceder o escapar de un programa en caso de emergencia o contingencia en algún problema, es decir, un «pasadizo» especial que el programador introduce en el código para poder entrar en el sistema por una vía no convencional y hacer uso del sistema sin ser detectado.

Recuerdo la clase de Arquitectura de Computadores de 4º en la que nos hablaba el profesor sobre las puertas traseras y los fallos de seguridad en los sistemas, en ese momento recordé esta película y se lo dije a mi amigo Plissken (que es tan aficionado al cine como yo), lo curioso fue que a los 45 segundos el profesor dijo: «Hay una película llamada Juegos de Guerra en la que podéis ver un ejemplo de cómo alguien entra en un sistema teóricamente seguro a través de una puerta secreta».

Para los aficionados a este mundillo es una película que resulta entretenida e ilustrativa, realmente es una película que resultará divertida a los «expertos» en la materia como para los foráneos a la misma, como dato indicar que estuvo nominada a 3 óscars (película, sonido y guión) y en IMDB está puntuada con un 7.0 sobre 10 con 16.377 votos.

Los expertos en sistemas disfrutarán mucho de las escenas con terminales de fósforo verde, módems ruidosos y computadoras con cintas, de tamaño igual al de un armario de ropa y llenas de luces de colores. Todo un revival para los más nostálgicos a los que les dedico los inquietantes 8 últimos minutos de la película (absténganse los que no la hayan visto aún):

Mi frase favorita de la película hablando sobre la guerra: «Un juego muy extraño. La única forma de ganar es no jugar. ¿Qué tal una partida de ajedrez?». Estaría bien que más de un gobierno se aplicase esta frase, el mundo sería mucho más simple si los problemas se solucionasen echando una partidita de ajedrez.
Salir de la versión móvil